Primer noche durmiendo en albergue y con acompañamiento. Tiene algo especial hacerlo así, a pesar de los inconvenientes de comodidad que supone hacerlo. El desayuno es un ritual apetecido por la vitalidad que aporta y el encuentro o reencuentro. Las despedidas, los "buen Camino", cierre cremallera de la chaqueta, el ajuste de la mochila, extensión de los palos...
No es habitual dormir con personas ciegas acompañadas de sus perros guías, primera vez para mí. Ellos no te ven pero te sienten, "te huelen", tienen ojos en las manos, sus tocamientos les recuerda, les indica, cuando dudan toman la brida de su perro que les lleva. Les miras y reflexionas, qué haría yo sin poder ver?, tendría sentido la vida?, para ellos sí, no es su primer camino, se lanzaron con sus perros y tardaron poco en hallar lazarillos que les acompañaban. Quienes ahora están con ellos son aquellos que conocieron e intimaron en su primer camino y repiten con ellos en años sucesivos.
Habitualmente en la tarde del dia anterior de la etapa se conoce sobre el terreno los puntos por donde pasar al salir al día siguiente, en esta etapa no lo hice porque la salida tenía pocas o ninguna duda, pueblo pequeño, el punto del oeste era fácil reconocerle. Y me equivoqué, no de punto cardinal si no de vía. Ya tiene el Camino hitos y sus flechas, no las busqué por la confianza y ocupación de estar haciendo videos. Tomé un camino sin reparar si tenía la flecha. Después de varios minutos veo venir de frente a uno de los dos ciegos, con su perro y compañera guía. "Creo no es por aquí", me dicen, "pues puede ser", les respondo, "porque es cierto que no veo flechas en bastante tiempo y metros", "nos volvemos al pueblo a buscar la vía buena", les respondo que no es necesario porque la orientación es buena y hemos de encontrar una vía de servicio agrícola, perpendicular a la que llevamos y nos una con la buena.
No me creen o no confían y se vuelven, yo sigo adelante, no dudo de lo que he dicho y así es como sería, pronto conecté con la vía o camino de las flechas y de los hitos del Camino.
Esa vía recta, monótona, interminable, junto a carretera de régimen local, suerte que en unos años anteriores plantaron cientos, miles de árboles y hoy no solo refugio del sol te aportan sino también compañía, hacen no sentirte solo.
El Burgo Ranero y Reliegos son los dos pequeños pueblos por los que pasamos antes de llegar a Mansilla de las Mulas.
Es invierno y los albergues no abren, excepciones son los particulares que abren en alguna localidad, pocos son los peregrinos que hay y la rentabilidad ninguna o escasa. El alojamiento es un problema
que conviene prever para no quedarte sin alojamiento al final de cada etapa. En Mansilla no hay ningún albergue abierto, pero hay una pensión, Blanca, que me acoge, está reservada así que camino tranquilo disfrutando del buen tiempo.
El Camino tiene personajes populares por su personalidad o tratamiento a los peregrinos, Elvis en Reliegos es uno de ellos. Con apreciar el exterior de su Bar se puede construir la personalidad del personaje y el interior del establecimiento. No estaba abierto, para qué, Elvis sin gente no es persona, cuántos peregrinos estaríamos caminando por esa etapa, 10?, menos. Copio un extracto de escrito en la web de Gronze : "El interior es un horror vacui de libro: prácticamente no queda ni un rincón sin decorar con escritos de todo género (pensamientos, frases más o menos manidas de agradecimiento y alegría fugaz, recuerdos), dibujos y caricaturas de calidad diversa, ropa que los peregrinos han dejado en prenda permanente y a veces dedicada, camisetas y bufandas deportivas de tifosi posiblemente desencantados, repertorio patriótico de banderas (la más grande, de Bretaña), un retrato del Ché, fotos de colegas del Camino que ya han hecho historia como Tomás de Manjarín, Marcelino de Logroño, Jato del Ave Fénix…, postales enviadas de lugares remotos y pintorescos, en fin un museo un tanto kitch pero que refleja como pocos sitios la confraternización de la peña, y que nos transmite eso que todos buscan con denuedo, término mágico y huidizo en el Camino: la autenticidad."
Recorro 26 kmt para llegar a Mansilla, 7 horas después de salir de Bercianos. Junto la vieja muralla que protegía a esta villa en el siglo XII se halla este conjunto escultórico dedicado a los peregrinos, próximo a la puerta del castillo por la que se entraba a la ciudad o villa. Muy cerca de allí se encuentra la Pensión Blanca donde me alojé.
Video fotográfico de la etapa